miércoles, 26 de diciembre de 2018

Poema final

Nunca conociste mi mayor dolor, mi mayor tormento
sólo decidiste crear uno nuevo
¿quién lo creería? ¿quién lo diría?
nunca más me sorprendería
olvidar tu boca yo debería.
Jamás te dije cuánto significabas para mi
pero amor, que buena acción
sino mayor habría sido esta terrible decepción.
Cuántos poemas te escribí
al menos sólo conociste uno
y este quizás leas
cuando ya no quede ninguno.
Y cuando todo pasó
ni cuenta me di
porque ocupada de mi estuve
para escribir algo así.
Sana heridas, sana almas
tu bien sabes
cuanto cuesta la calma.
Quizás vi muchas películas,
o leí muchas novelas
tu me enseñaste eso
y ahora sufro con aquellas.



lunes, 3 de diciembre de 2018

(Des) amor

En cualquier página de lo que sea, lo que uno más encuentra son imágenes de amor o desamor. La cuestión se vuelve terrible cuando estay enamorado porque todas las imágenes te hacen pensar en una persona y uno ya piensa todo el día en esa persona, y bueno, cuando estas "desenamorado" también es terrible porque todas te representan y uno dice "oh eso mismo me pasa a mi, y sufres leyendolo".
Entre todas las cartas que me escribí a mi misma, porque claro, quería me escribí a mi misma para luego cuando pasara el tiempo, poder entender lo que no entendía en ese momento y pensé que escribirme a mi misma me ayudaría.  El 02 de octubre escribí algo así:
"Nunca me había sentido tan desconsolada, ni siquiera sé bien que es estar desconsolada, pero así me siento, sin consuelo.
Dicen que es sólo un corazón roto, pero duele todo el cuerpo, duele hasta el pelo.
Me aprieta el pecho".
Ahora que lo releo, parece canción de Sin Banderas o de Alejandro Sanz de los 90. Que fatal lo cebollera que se pone una.
Lo más interesante de todo esto es que al final entiendes que no esta mal estar mal, no esta mal llorar, no esta mal soltar todo y dejar por un tiempo de ser alegre. Porque aunque le pongas todo el tino, y aunque un día despiertes y digas "ya, ahora solo pasaran cosas buenas", lamentablemente hay que ser un robot para aquello.
Y eso que yo siempre me consideré súper amarga, pero descubrí que no, que cuando había pena se vivía con todo el fua, sino paquepo.
Y duele po, obvio que duele, soltar duele, dejar ir duele. Si tampoco uno esta preparado para dejar ir personas que incrustas en tu corazón, pero al final eso son, personas. Y aunque te niegues, las personas van y vienen, un día son tu mundo entero y al otro día estas andando en el mundo sin siquiera saber si respiran. Eso fue como lo más asombroso, pensaba yo: "las personas si se van".
Y debe ser porque dentro de mi vida tan lineal, la mayoría del tiempo me he rodeado de las mismas personas.
Pero filo, ya está.
Hace un tiempo he estado asimilando mucho a los animales con las personas, es una vola bien loca, pero que me ha mantenido ocupada, a esta mente que le gusta pensar en lo mismo la mayoría del tiempo.
Una de las conclusiones más grandes a las que llegue es que efectivamente los animales sienten cuando viene el peligro, quizás eso sea una farsa que me inventé, pero creo que es cierto. Al menos mi perrita siente los temblores, y para ella eso es peligro. Y yo obviamente, lo asimilé a mi misma. Antes que viniera toda la pena que sentí, me sentía desde antes ya con pena, me sentía ya desganada ¿habrá sido que mi "instinto animal" sentía que venía el peligro (entendiéndolo en mi como la pena)? quizás si, porque yo creo que nunca me había sentido así.
Sería bacan igual poder prevenir el peligro, pero no somos tan bacanes como los animales.
Pero al final del día, yo creo que cualquier persona que atraviese estas circunstancias de crisis internas, donde te fuerzas a vivir transformaciones y debes hacerlo porque si te quedas atrás te quedas jodido, debes afrontar muchas cosas: todos tus demonios, el miedo, la soledad, la desesperación, el desconsuelo y la decepción (que a mi parecer es lo peor).
Y se muere una parte de ti, despiertas y ya no te sientes como antes.
El otro día leí que "atravesar por experiencias limites implica una muerte simbólica, un salirse de este mundo para posteriormente renacer a él".
Y así es, todas las frases clichés tienen razón.
Y no hay que cometer el error de ¿por qué a mi? la victimización es peor que culparse. Y ambas no sirven para nada, sólo para auto convencernos de que no tenemos la culpa del dolor, y nadie tiene la culpa del dolor. Pero como somos humanos, estamos constantemente justificandonos, y no es necesario.

PD: la imágen que adjunté la leí un día en que estaba buscando respuestas a por qué chucha dolía tanto. Y cuando la encontré dije "ESAAAA E".



viernes, 23 de noviembre de 2018

El huevo de la serpiente

Llevo muchos días tratando de escribir algo nuevo en mi blog. Eso no quiere decir que no he escrito porque este último tiempo he escrito mucho, pero la mayoría de lo escrito no quiero releerlo.
La razón por la que decidí volver a escribir son principalmente dos: la primera, es que hace un tiempo me hablo una persona x que en mi vida había hablado y amablemente me dijo "oye yo leía tu blog", además una amiga me dijo que le habían dicho que yo tenía un blog. Asique pensé "oh, alguien más aparte de mi papá leía mi blog", esa fascinación que tenemos los pseudo millenians de ser escuchados es terrible.
Y bueno, acá estoy.
Y como estaba acá, tuve que leer lo que había escrito hace dos años atrás, y pucha que están distintas las cosas. Ni se imaginan. Lo que si, me gustó leerlo porque me dio una sensación de satisfacción y de recuerdos bonitos que no había sentido hace rato.
Lo que quiero escribir hoy, es súper distinto a todo lo que leí más abajo, de hecho los sentimientos que tengo ahora no se parecen ni un poco a los de ese tiempo.
A la siguiente historia le llamaremos la salida de mi zona de confort porque luego de mucho pensarlo, eso fue.
No sé si a alguien le ha pasado, pero cuando el universo te obliga a salir de tu zona de confort, uno se niega y se niega, y por más que el mundo te dice "ya valiste", uno cree que siempre se puede mantener ahí, pero no po, la weaita no funciona así. Y en algún momento tenemos que salir y afrontar los demonios que tenemos.
En un principio sentí que el mundo se me iba  a ir a la chucha, y bueno, prácticamente así fue. Gráficamente me sentí como que me tomaron y me arrojaban hacia el suelo, y así muchas veces, y daba golpes y golpes. Un día despertaba con esa engañosa sensación de que "ya, basta, párate y toma todos esos pedazos tuyos que están rondando, y desde ahora sólo pasarán cosas buenas". Eso es lo más engañoso que se puede auto decir una, porque efectivamente faltaba mucho para aquello.
Lo penca fue el día en que mi cuenta que ya nadie me estaba arrojando al suelo, o quizás sí, pero ahora era con compañía: yo. Ahora era yo misma la que seguía lanzándose al suelo, en esos actos masoquistas que realiza la gente que esta en la mierda.
Pero bueno, al final fue mi decisión caer al hoyo, un día decidí cerrar los ojos y paff, empezar a caer para abajo mierda, y ahí me quedé, por varios días. Todo el día pensando lo mismo, todo el día llorando, todo el día odiándome, odiando al mundo, odiando lo que antes no odiaba. Y hasta pensé que me iba a quedar ahí por un buen rato porque quizás lo merecía.
Gracias a los dioses existían en mi vida personas maravillosas que me fueron sacando de a poquito, que con puro amor me ayudaron para salir, el amor que extrañamente durante todo este tiempo no valoré, siempre estuvo ahí. Mi familia y mis amigas, ahí poniendo el hombro.
Pensaba yo, había días malos y muy malos. Generalmente en los malos quería estar acompañada, en los mas malos prefería estar sola.
Para qué decir como era despertar, creo que realmente fue lo peor de todo, despertar y sentirme igual.
Lo que más tenía ahí abajo era miedo, miedo de crecer, miedo de salir al mundo sola, miedo de no podermela conmigo misma, miedo de decir adiós, miedo de perder personas, al final todo era miedo. Siempre he sido súper asustadisa y precavida para qué decir, pero esto era más que eso, era un temor a crecer.
Pero dentro de todo, salí, y aquí estoy. Conociéndome, llena de preguntas hacia mi misma, llena de dolores, llena de ganas de aprender y por sobre todo llena de ganas de poder construirme de nuevo, porque al final eso fue: me rompí entera y ahora debo rearmarme, el esqueleto al menos me lo armó mi alrededor, pero falta la parte más importante, y creo que esa me toca a mi.
Siempre he sido súper criticona, con todo el mundo, pero esta vez me empecé a criticar a mi, a mi carrera, a mi vida, a mi forma de ser, en definitiva todo. Me dí cuenta que básicamente mi felicidad estaba centrada en una persona y no en mi. Error.
En fin, eso fue en pocas palabras. Podría estar toda la noche escribiendo sobre mi salida de la zona de confort, pero creo que no es necesario.
Lo último que puedo decir es que es súper bonito el proceso de rearmarse, o no sé si bonito, pero interesante, y vale re mucho la pena.

PD. El título se llama así por dos razones: hoy vi una película que se llamaba así y la segunda es que no sé si se han fijado que los huevos de las serpientes son súper lindos, y dan ternura, pero dentro de ese maravilloso huevito se está gestando una serpiente. Creo que esa fue la sensación que me dejó todo esto, yo miraba el huevo, que al fin y al cabo dentro tenía una serpiente.