viernes, 30 de junio de 2023

Conversar y sentir juntos

Hoy tuve esa conversación que tanto me costo. 

Me pare frente a mis papas, entre llantos, con las piernas tiritando y con mis manos sudando: tengo depresión y no sé cómo salir de aquí. 

Mi mamá corrió a mi lado y me tomo en sus brazos, cual fuera una niña de 7 años llorando porque se cayó de la bicicleta. Tengo depresión y no se cómo salir de aquí. 

Mi papá abrió la puerta, me miró y soltó sus palabras hermosas “qué pasa bebe”. Tengo depresión y no se cómo salir de aquí.

Mis ojos ya no podían más, y entre todas esas lagrimas les conté, cómo si fuera el día de la terapia. Mis errores, mis traumas, el daño que me hicieron y las cosas que quiero olvidar. 

Pude ver su miedo y su desesperanza. 

Quizás pensaron que era un resfriado, una amigdalitis, no, tengo depresión. 

Luego de dos horas contando mi historia, entendieron. Y pidieron perdón por no estar ahí antes, cómo van a creer que no estuvieron, si son la fortaleza de mi vida. Si cada día al dormir pienso en ellos y anhelo que existan para siempre. 

“Dime cómo te ayudamos” dijo mi mamá 15 veces, y otras 15 lo dijo mi papá. Vi sus ganas de que esto pasara, 

Continué contándoles, ese dolor en mi pecho. 

Entendieron más.

Y miramos a mi perrita, lloraba mirándome, sentía hace muchos meses conmigo, y hoy ambas nos liberamos de este dolor silencioso. Hace días mi mamá me decía “oye, tú llegas y la kika te persigue a todos lados y llora mucho”. Yo le respondía que me echaba de menos, pero por dentro sabía que ella sentía mi dolor. 

Hoy ya no tiene que guardar el secreto, ya todos lo saben. 

Me desprendí de un secreto que solamente guardaba para no hacer daño, no quería que mis papas sintieran este dolor y me vieran así. Ya lo saben y están conmigo. 

Que sean infinitos por favor dios.

Todo va a estar bien dijeron, pero este si fue real. 



martes, 30 de mayo de 2023

Película de terror

Definitivamente estoy viviendo una de las peores películas de terror del último tiempo. Y, ojo, que odio las películas de terror, y ahora estoy viviendo una.

Estos últimos días, me he despertado solamente para pensar en que me quiero volver a dormir, y ojalá no despertar.

Sé que luego de un tiempo, voy a valorar mucho este día y este momento de mi vida, cuando por fin me pude desprender de esa persona que me hacía tanto daño. A veces me sorprendo de mi misma, del nivel y la capacidad que tengo que auto controlarme, cuando no tengo a nadie ni nada, ahí aparezco yo en contra de todos mis traumas y demonios.

Ayer, en mi pieza aparecieron todos esos demonios que hace unos años pude ver y sentir, esos que se incrustan en mi pecho y me hacen llorar sola apretando la almohada, hasta el sabor de la comida sabía igual. Me acuerdo ese día hace unos años atrás, cuando vinieron me comí unas galletas de limón con un jugo de manzana, ayer me comí un chocman con un kapo: el sabor del dolor.

Me miro y me apeno, no es posible haber llegado hasta acá, luego de un año, sigo en el mismo lugar, pero con un va y ven de emociones dolorosas y poco alegres. 

Al menos, ayer mirándome llorar, sufrir y sintiendo mi corazón enfurecer de dolor, decidí retomar mi terapia, estoy muy orgullosa de mi, pero no solamente porque voy a ir, sino porque hace mucho no sentía este miedo de mi misma, miedo a este dolor, miedo a desconocerme nuevamente, miedo a apartarme de lo que quiero ser y sobre todo miedo de no poder parar de llorar ni un segundo. 

Todos esos miedos terminaron desembocando en una palabra: terapia.

No sé cuánto me demore, no sé cuánto tiempo esté sintiendo este dolor, si pudiera elegir, elegiría no sentirlo, pero no será así porque lamentablemente cuando te hacen daño, así queda. Oye, y qué ganas de no volver a enamorarme más. 

Suena muy infantil cuando relato que no creo en los hombres, ni en el amor, pero no suena tan infantil cuando voy a revivir mi propia historia.

Ojalá si algún día lees esto sepas que me hiciste mucho daño, que me mentiste hasta el último momento y que nunca nadie me había usado así, de manera tan deliberada y con tanto ensañamiento. 

Pero, ya no me preocupo de lo que pasó, porque claro, es fácil para mi decir que soy estúpida, incrédula, pero no, no es fácil, es muy difícil.

LA GENTE NO CAMBIA CHICOS, se ponen mucho peor.